lunes, 19 de abril de 2010

A mí


Mi vida comenzó un poco antes
sin embargo no llegó sino dos años después
pendía de dos hilos
un carretel y una lanzadera enrollados por una única fuerza
nací a La Noche
que me recibió con brazos entreabiertos
mi madre exuberante y paciente
verdadera madre
me enseñó la utilidad de las sustancias
al final del pasadizo alfombrado me dejó sola
entre telarañas y velas derretidas
no estaba permitido querer hacerla sonreír
lo entendí luego del primer intento
sus hijas bailaban como máquinas
extractoras de petróleo
detrás de una barra roja
se presentó mi cuadro favorito
tenía clavos y alambre
todo era siluetas fascinantes
librada allí a mis propios medios
me entregué al sonido extático
“hacer el amor no es cuerpo, es ojos”, pensé
“soy un perro, una cruza con galgo vagabundo”
“tantas veces me sueño”
“mi fascinación más mortífera es el agua”
“siempre fui de ciudad y ese es mi destino”
“las telas son mi fetiche personal”
“la luna da miedo y suena como un disco”
“la noche es el destornillador del enrejamiento solidario”
“desconfío de todos los balcones y te extraño como un árbol”
“la sangre del escape es el corredor de los dientes”
anduve a un centímetro por hora
con ojos merodeadores
mientras
a mis costados
las paredes transpiraban
con olor a cascada
el tiempo se volvía zodíaco
y concluí que ya era la edad de la independencia
subí uno
por uno
los escalones del ámbito
mirando hacia atrás
en busca de algún indicio
de mi presencia allí
no recuerdo
absolutamente
nada del regreso


Agustina Dallorso

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