lunes, 14 de diciembre de 2009
Salto mortal
Aquel 28 de mayo del 75
y un llanto inquietante
en la luz de la habitación
Todo vestigio de incertidumbre
quedaba atrás
Era una niña que se animaba
A reír, a sufrir, a vivir
Aquella mujer de manos temblorosas
Comenzaba a retirarse
Mares revueltos crecían dentro
sin parar
Y la niña ahí
El hombre de pie no se cansaba de vacilar
Estaba allí y no sabia nada
Pobre de él,
y del confuso viaje que lo esperaba
Y la niña ahí
Cuadros de locura se pintaban
día tras día en la ensombrecida
Vida que no perdonaba
Sin rumbo ni aliento
el camino seguía,
lo importante era no frenar
Mientras, la niña crecía entre espinas
y alguna que otra rosa
Viejita de joroba y miel
venció la madeja y siguió el camino
A usted hay que agradecerle
semejante valentía
Y la niña ahí
Cuando la hora llego,
esa niña ya mujer decidió dar un salto mortal
Entonces ella ya no era tal,
algo ya no estaba allí.
Ahora el mirar es otro
y el deseo es hoy
quien se viste de gala.
Roxana Ficco
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Delirios disfrazados de autobiografía y el zumo de tu inconsciente se sale de tu copa...
ResponderEliminar