miércoles, 6 de enero de 2010

Presencia oscura


-¡El oro no me sirve!
¡Quiero platino!

Los labios como una riña
de orugas en celo.

-Puedo darte mis manos
y mis ojos mirando las tuyas.

La mirada como vaca
que entra al matadero.

(Una música muda sonoriza
la ilación.)

-¡Involuciono,
me hologramo,
soy el árbol
que se secó!

-¿Cuál es el nombre que deja tras de sí
un cuerpo al caer?

Agustina Dallorso

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