-¡El oro no me sirve!
¡Quiero platino!
Los labios como una riña
de orugas en celo.
-Puedo darte mis manos
y mis ojos mirando las tuyas.
La mirada como vaca
que entra al matadero.
(Una música muda sonoriza
la ilación.)
-¡Involuciono,
me hologramo,
soy el árbol
que se secó!
-¿Cuál es el nombre que deja tras de sí
un cuerpo al caer?
Agustina Dallorso
No hay comentarios:
Publicar un comentario