sábado, 3 de octubre de 2009

He conocido una pobre muchacha


De sonrisa sarcástica con humos de nobleza.
Fuma su cigarrillo mirándome desde arriba.
Noto en sus ojos un poco de tristeza, torpeza, y quizá.
La han lastimado.
Seguro lo habrán hecho.
Pobre muchacha aquella que no se entrega.
A un amor,
A un deseo,
A un no se que.
A un no se cuando.
A un no se entrega.

Pobre muchacha…

Que se piensa eterna.
Como los mitos, como los cuentos, como las palabras.
Esos ademanes que le pesan en la vida.
Y que son mentiras. Pero ahí están.

Piensa y piensa. No se cuanto.
No pienses tanto,
Muchacha,
Pobre.
Hazte rica.
Que el valor de tu alma vale más,
Que tu espíritu abatido de esperar.

Mariana Benitez

No hay comentarios:

Publicar un comentario