Ví sus ojos
clamando calor
Sus manos en alto
apuntado al sol.
Ví su cuerpo
librado al azar
Y su alma eterna
a gritos cantar
Tambor melodioso
lejano
me llama.
Su recuerdo intacto
anido, descansa
entre flores sin dueño
gritan que extrañan
verdes caricias
que nadie reclama.
Palabras se clavan
no salen
se lavan.
Se estancan
se acaban
mueren
no hablan.
He conocido una pobre muchacha
Sin sueños
Sin ganas
Sin brillo
Sin nada
He conocido una pobre muchacha
que duda
que teme
arremete
avanza.
Mariana Cabrera
No hay comentarios:
Publicar un comentario